Vamos a activarnos haciendo uso de las palancas que están en nuestras manos para optimizar nuestra gestión de tesorería:

Comprueba la posibilidad de adelantar el cobro de facturas que tengas pendientes. Para ello, tendrás que hablar con tus clientes o acudir a cualquier entidad bancaria que acepte un descuento bancario a cambio de adelantar el dinero. Ni que decir tiene que a los profesionales de los bancos también les gusta comer cada día, así que ten presente que te cobrarán un interés.

Valora la posibilidad de renegociar tu alquiler durante esta etapa sin actividad. Nos encontramos en una situación de fuerza mayor, lo que impide tener actividad, salvo que se pueda teletrabajar o los decretos del Gobierno permitan mantener tu actividad. Por lo tanto, no está de más que plantees esta posibilidad con tu arrendador. Si tienes una empresa seria y cumples con tus obligaciones, esta vía es una opción a explorar.

Flexibiliza tus costes laborales. Esto no siempre equivale a despedir o hacer un expediente de regulación temporal de empleo (los famosos ERTE), ya que existen otras fórmulas como reducir jornada o fomentar el teletrabajo, si la actividad a la que se dedica tu empresa lo permite.

Aplazamiento de deudas tributarias y con la Seguridad Social para evitar que tu tesorería sea negativa.

Aplazar deudas con proveedores. Esto parece fácil, pero solo se podrá llevar a cabo si vuestra empresa está acostumbrada a pagar puntualmente. Si, por el contrario, estáis en la lista negra de vuestros proveedores y para ellos que les paguéis es más difícil que buscar una aguja en un pajar, entonces hay un problema de confianza en vuestra empresa, y esta opción la veo difícil.

Renegocia los préstamos con tus entidades bancarias. Para ello, es importante que, te sientes con tu gestor personal que asignado en el banco.

Búsqueda de financiación a largo plazo que permita capear esta situación temporal. Actualmente, han salido nuevas fuentes de financiación que sin duda te facilitarán la solución de este problema temporal. Una de las principales maneras de hacerlo es financiar las pérdidas a largo plazo, de tal modo que los beneficios futuros te hagan compensar el resultado negativo. Para aumentar la tesorería disponemos de dos vías aumentamos los ingresos o reducimos los costes. Es probable que con la coyuntura actual la primera opción se nos antoje muy complicada, La reducción de costes no puede consistir solo en proponer apretarse el cinturón, enviar a todo el mundo a casa y parar las máquinas, Si pretendes hacer un buen análisis de reducción de costes, este debe contener estos capítulos:

  • Análisis de procesos.
  • Revisión de los costes de producción.
  • Revisión de las grandes partidas de la cuenta de explotación.
  • Diálogo con proveedores y terceros.
  • Comunicación e implicación del equipo interno.